No os perdáis las maravillosas fotos de este viaje —>  https://photos.app.goo.gl/hfcvmynK1utrpndT8

Hace ya cuatro años que fui por primera vez a Guinea, un amigo me dijo que África era mágica y que sentiría su llamada. Debo reconocer que hice el mismo pensamiento que seguramente los lectores están haciendo ahora mismo, es decir, di por hecho que estábamos ante una frase hecha sin ningún sentido y que no hubiera un territorio en el mundo que realmente me pudiera llamar.

El tiempo pasa, siendo ya la quinta vez que voy al territorio africano y debo reconocer que realmente existe esta llamada. Hay algo en las personas, en el paisaje, en su cultura que cuanto más tiempo pasa, más te impregna quedándose dentro de ti para toda la vida. Durante mucho tiempo he deseado que la gente fuera y conociera la escuela Balmes-Bata de Guinea Ecuatorial, sigo deseándolo, pero me planteo que si todo el mundo está preparado para ver y “caer en las garras” de un proyecto y una cultura que te enamoran para siempre.

¿Estás preparado para enamorarte como un adolescente de un paisaje, de una cultura, de unos colores, de una sociedad? ¿Estás preparado para llevarte la huella que te dejan a tu ciudad y convivir con los cambios al chocar con tu auténtica realidad? A lo mejor damos por hecho que todo el mundo puede asumir que hay en nuestro sur una población que parece pobre por fuera pero que por dentro es mucho más rica, que comen una vez al día, pero comparten lo poco que tienen, que saben que la familia es un elemento básico en su bienestar, y que aprenden a valorar las pequeñas cosas de la vida como un amanecer, un compañero, la naturaleza, un bocadillo o un libro.

Hay personas que cuando explico el proyecto solidario de OKUME AZ, y que he ido a nuestra escuela Balmes-Bata, me miran con cara de asombro y admiración como si realmente fuera extraordinario ir a este territorio. Lo que es extraordinario no son las personas que van, que tenemos la suerte que volvemos con las mochilas llenas de energía que nos han transmitido los niños de nuestra escuela, sino el proyecto, una escuela con más de 10 cursos trabajando para ofrecer al mundo alumnos solidarios y cooperantes, donde la igualdad, la tolerancia y el amor entre ellos sea un signo que los defina.

Es para mí un orgullo y una suerte ser representante de Okume AZ y poder sentir el calor africano del mes de diciembre junto a los abrazos de más de 300 niños. Cómo desearía estar en dos lugares a la vez y poder estar viviendo en Guinea y la vez en Barcelona porque ahora sólo me queda el recuerdo, y es cuando escribo o cuando hablo de mi fortuna como cooperante de OKUME AZ, que mi mente se traslada nuevamente a esta tierra que enamora, y por unos segundos vuelvo a sentir que los niños del Balmes-Bata me transmiten: su alegría, su sencillez, su amor por lo simple.

Antes de finalizar me gustaría dar las gracias a todos los socios de la Fundación que están ayudando a que este proyecto sea cada día más grande y que más alumnos puedan estudiar. También quiero dar las gracias a los maestros del Balmes Bata por su gran trabajo y generosidad, por creer en un proyecto que parecía tan lejano y que hoy en día es una realidad; y finalmente hay que reconocer el trabajo y sacrificio que hacen muchos de mis compañeros del Centre d’Estudis Jaume Balmes, que sin haber tenido la suerte de ir a nuestra escuela africana, viven nuestras historias e imágenes como si ellos mismos las hubieran vivido.

AKIBA 🙂